viernes, 11 de noviembre de 2011

No juzguemos al amor futuro por el sufrimiento pasado. El amor es siempre nuevo. No importa que amemos una, dos, diez veces en la vida: siempre estamos ante una situación que no conocemos.
El amor puede llevarnos al infierno o al paraíso, pero siempre nos lleva alguna parte. Es necesario aceptarlo, pues es el alimento de nuestra existencia.
Si nos negamos, moriremos de hambre viendo las ramas del árbol de la vida cargadas, sin coraje para estirar la mano y tomar los frutos.
Es necesario buscar el amor donde esta, aunque signifique horas, días, semanas  de decepción y tristeza. Porque en el momento en que salimos en busca del amor, el amor también sale a nuestro encuentro. Y nos salva.
                                                                              A orillas del rio piedra me senté  y llore…

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